Sally era una cachorrita cuando la abandonaron, suponemos que el capricho de la preciosa bebé de ojos azules se pasó y la perra sobraba. Apareció cerca del refugio, sólo se dejaba ver a última hora del día, ya anocheciendo, no tenemos ni idea de cuánto tiempo podía llevar por la zona ya que a esa hora no solemos salir.  Intenté ganármela  con comida, se acercaba pero no se dejaba tocar, algo le daban de comer los trabajadores así que no le era de gran interés , jugaba conmigo (la imagen en medio del bosque de una tía loca con una linterna correteando  con un cachorro detrás tuvio que ser  pa verla). Al no conseguir cogerla volví a moverme con el coche...y empezó a venir detrás, persiguiendo el coche jugando conmigo. Casi conseguimos que entre detrás al refugio pero en el último momento se asustó con los ladridos y salió corriendo. Al día siguiente repetimos la jugada pero los cazadores estaban en la última curva y otra vez salió corriendo. Nos volvimos, resignados, frustrados,  cuando de repente saltó de entre la maleza y volvió a seguirnos por el camino. En algo parecido a rezar pedí al universo que por favor esta vez sí entrara detrás mío, y así, tras dos horas de tira y afloja, entró en el refugio. 15 min más tarde para poder cogerla y ponerle una correa, Sally al fin estaba a salvo. Al ser una perrita miedosa y que necesita trabajar la confianza en el ser humano, fue directa a casa con el resto de la manada de especiales...y aquí está, haciendo pequeños avances día tras día esperando a que llegue una persona que además de enamorarse de su increíble belleza, se enamore de su timidez y le dé la oportunidad de liberar a la perrita juguetona y dicharachera que deja verse de vez en cuando. Es una perrita especial que requiere paciencia y trabajo, sólo una bebé de la que no conocemos el pasado más allá del abandono, pero que estamos seguros, va a ser una compañera increíble.